viernes, 13 de enero de 2017

En un año...



Ya hace casi un año que no escribo en el blog, pero ya es momento de volver a él. 

He aprendido que la vida se vive de frente con honestidad y nobleza y compartiendo y confiando en las personas, sabiendo quién es quien, y sin esperar nada a cambio, nadie está obligado a ello. 

No se ha de tener miedo a expresar  los sentimientos; no hacen falta las palabras, basta con la mirada o una sonrisa. Es tan bonito cuanto encuentras esa complicidad. 

En este mundo hay mucha gente amable, educada, noble, sin doblez, con la mirada transparente, valiente que lucha por sus ideales, aunque yo no los entienda, y me gusta aprender de ellas de lo distinto de lo diferente no existen verdades absolutas todo son grises no hay ni blancos ni negros. La vida es aprendizaje, la cuestión es saber encontrarlas y valorarlas.

Me gustan las personas que son ellas mismas, que cuando les miras a los ojos ves su alma. Aquellas personas que son sensibles, y que no lo ocultan. Pero he de aprender de aquellas que no son claras cuyo dolor ocultan y no lo expresan sus sentimientos por miedos e inseguridades cuyo camino está siendo arduo pero hay que ser tolerantes.

Estamos todos predestinados a sufrir porque la vida no te hace fuerte sino que te obliga a ello y la vida te va dando lecciones para que se superen y sino hay que repetirlas hasta que se tenga el aprobado. Pero tengo claro que el sufrimiento no es una vergüenza sino señal de que se está vivo. 

Ya lo escribió el gran Mario Benedetti:

LA GENTE QUE ME GUSTA

"Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad.

Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite, huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de si, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A éstos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica.
La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.
                          La gente que nunca deja de ser aniñada. 
              
                     Me gusta la gente que con su energía contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza  genuinamente por no volver a  cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente  que piensa y medita  internamente.                   
La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni como lucen.  La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la Fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, la humildad, el arrepentimiento, y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mi  me doy por bien retribuido.
                          GRACIAS POR SER DE ESA GENTE
Imposible ganar sin saber perder.
                     Imposible andar sin saber caer.
                     Imposible acertar sin saber errar.
                     Imposible vivir sin saber revivir.
La gloria no consiste en no caer nunca, si no más bien en  levantarse todas las veces que sea necesario.
Y  ESO ES ALGO QUE MUY POCA GENTE TIENE EL PRIVILEGIO DE PODER EXPERIMENTAR.
Bien aventurados aquellos que ya consiguieron recibir con la misma naturalidad el ganar o el perder, el acierto y el error, el triunfo y la derrota…"