martes, 25 de marzo de 2014

DESDE MI NIÑEZ ESTUVO LA POESIA



Desde pequeña estuvo la poesía en mi vida, aún recuerdo cuando llegué a casa contando que me había aprendido mi primer poema, que aún lo recuerdo:

"Paso, paso, paso,
que mañana me caso
con un payaso
vestido de raso,
paso, paso, paso".

Yo, como siempre, muy orgullosa de mí, se lo conté a mi padre, con el que siempre he tenido mucha complicidad, como él dice "soy su niña" y yo ante eso, pues no tengo más que decir.

Y mi padre, hombre muy inteligente y con gran capacidad de memoria, que hasta el día de hoy mantiene (creo que además de la genética debe de ser por la gran cantidad de libros que ha leído y aún lee). Vamos que lo he visto con un libro de la enciclopedia saliendo de sitios pocos esperados.

El caso es que me retó a seguir aprendiéndome poesías, y muchas de ellas aún recuerdo, aunque solo en parte; algún día tendré que retomarlo y por lo menos recordar las aprendidas, como por ejemplo:

"Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar:
tu acento.
Margarita, te voy a contar
un cuento" (...)
_Rubén Dario.-

"Abenámar, Abenámar,
moro de la morería, 
el día que tú nacistes
grandes señales había.
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace,
no debe decir mentira (...)
_Anónimo.-

"Con cien cañones por banda,
viento en popa, y a toda vela, 
no corta el mar, sino vuelta,
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temnido, 
en todo el mar conocido,
del uno al otro confín" (...)
_Espronceda.-

"La luna vino a la fragua 
con su camisón de nardos. 
El niño la mira mira. 
El niño la está mirando. 

En el aire conmovido 
mueve la luna sus brazos 
y enseña, lúbrica y pura, 
sus senos de duro estaño. 

Huye luna, luna, luna. 
Si vinieran los gitanos, 
harían con tu corazón 
collares y anillos blancos" (...) 
_García Lorca.-

Y mi padre fue quien me hizo conocer el mundo de las poesías, que las leyera y me gustaran y luego que yo escribiera algunas, eso sí, aún las tengo guardadas para mí, quizás algún día salgan a la luz.




lunes, 17 de marzo de 2014

EL "CASTÚO"





El extremeño –estremeñu– es una modalidad lingüística hablada en el noroeste de Extremadura y una parte del sur de Salamanca, con un desarrollo que lleva a incluirla dentro del diasistema lingüístico asturleonés junto con el cántabro (o montañés), el  mirandés y las diversas formas de  asturiano o leones, que incluye entre sus peculiaridades algunos rasgos propios o comunes con las formas meridionales de castellano al lado de los rasgos asturleoneses, y habitualmente clasificados dentro de los dialectos de España, a pesar de no ser oficial en las comunidades donde se hallan las zonas donde está enclavado.

Aun así, el extremeño a menudo es tenido por un dialecto del idioma asturiano-leonés;  Su parecido con el cántabro hace que ciertos autores los consideren una misma lengua.

También recibe el nombre de "castúo", aunque además de ser un término creado modernamente por el poeta Luis Chamizo en la década de 1920, dicho término puede llevar a confusión, pues también se denomina así a las hablas castellanas meridionales de tránsito con el leonés habladas en el resto de Extremadura y es precisamente para una obra escrita en un habla de esta índole para lo que fue creado el término originalmente, aunque más tarde se popularizara para referirse a todas las hablas de Extremaduras en general.

Las hablas extremeñas se clasifican normalmente en tres ramas: altoextremeño, medioextremeño y bajoextremeño.

- El altoextremeño es considerado habitualmente un habla de transición asturleonesa con las formas meridionales de castellano, un dialecto (o lengua) diferenciado del castellano, y es hablado en la zona noroccidental y centro-norte de Cáceres y parte de la suroccidental de Salamanca.
- El medioextremeño y el bajoextremeño, hablados en el resto de Extremadura, son al menos desde el siglo XVII hablas castellanas meridionales de tránsito con el leonés (como las hablas murcianas lo son con el catalán), y su influencia llega muy levemente hasta la Sierra de Aracena, en Huelva, donde se pueden oír diminutivos en -ino.

En Barrancos, población portuguesa situada en la frontera con Extremadura y Andalucía, se habla el "barranquenhu", un modalidad lingüística de base portuguesa con fuerte influencia del bajoextremeño.

Todas las variantes extremeñas, tanto bajoextremeñas o medioextremeñas como altoextremeñas, comparten ciertos rasgos con las formas meridionales de castellano, como la aspiración de la ese en posición implosiva. En el altoextremeño estos rasgos meridionales se dan conjuntamente al lado del resto de los rasgos propios y los asturleoneses (como se puede leer más abajo en el apartado "características"), de forma que podría decirse que estos mismos rasgos propios, arcaizantes (como la 'd' procedente de 'z' sonora medieval) y meridionales llegan a compensar la falta de otros rasgos asturleoneses perdidos que se dan en otras hablas del diasistema asturleonés, y tomados en conjunto aportan a la personalidad lingüística diferenciada del altoextremeño y la configuran.

De hecho, la constatación de la existencia de un contínuum desde las hablas más castellanizadas del sur y el este a las más diferenciadas del castellano en el norte sobre un fondo similar de rasgos meridionales (es completamente falso el tópico infundado y muy repetido de que las hablas extremeñas del sur poseen notoriamente más rasgos fonéticos y morfosintáticos meridionales compartidos con las hablas andaluzas que las del norte), lo cual pone en relación unas hablas extremeñas con otras, hace que a menudo se reserve el glotónimo extremeño a secas para el altoextremeño, que es de hecho el más adoptado por los propios hablantes aparte del gentilicio de su propia localidad o comarca (h.urdanu, serraillanu, mairoñeru, garrovillanu, portah.eru, montirmoseñu...), incluso más que el de castúo (castú o castúu en altoextremeño), que también es empleado a veces con poca propiedad para referirse al altoextremeño. 
- wikipedia.-



VARÓN
¡Me jiedin los hombris
que son medio jembras!
Cien vecis te ije
que no se lo dieras,
que al chinquín lo jacían marica
las gentis aquellas.
Ahora ya lo vide, y a mí no me mandis
más vecis que güelva.
Te largas tú a velo,
que pue que no creas
que tu cuerpo ha parío aquel mozu,
ni que lo cebasti con tu lechi mesma,
ni que tieni metía en la entraña
sangri de mis venas.
N'amás de mimarros
y delicaezas
que ha queao lo mesmo que un jilo
paliúcho y sin chispa de juerza.
Ca instanti se lava,
ca instanti se peina,
ca instanti se múa
toa la vestimenta,
y se encrespa los pelos con jierros
que se lo retuestan,
y en los dientis se da con boticas
de unos cacharrinos que tieni en la mesa,
y remoja el moquero con pringuis
n'amás pa que güela
¡Jiedi a señorita
dendi media lengua!
Se levanta a las nuevi corrías
y a las doci lo mesmo se acuesta.
¡Va a ponersi pochu
si acotina de aquella manera!
¡Güeno está pa mandalo a bellotas,
pa ayualmi a escuajal en la jesa,
pa jacel un carguju de tarmas
y traelo a cuestas,
u pa estalsi cavando canchalis
dende que amaneci jasta que escurezca!
Los muchachos de acá me esconfío
que mos lo apedrean
cuantis venga jaciendo pinturas
u jablando de aquella manera:
y verás cómo el mozu no tieni
ni agallas ni juerza
pa el primero que quiera molarsi
rompeli la jeta.
Ya no dici padri,
ni madri, ni agüela.
«Mi papá, mi mamá, mi abuelita...»
así chalrotea,
como si el mocoso juesi un señoruco
de los de nacencia.
Ni mienta del pueblo, ni jaci otro oficio
que dil a una escuela
y palral de bobás que allí aprendí,
que pa na le sirvin cuantis que se venga.
Pa sabel sus saberis le ije:
«Sácame la cuenta
del aceiti que hogaño mos toca
del lagal po la parti que es nuestra.
Se maquilan sesenta cuartillos
p'acá parti entera,
y nosotros tenemos, ya sabis,
una media tercia
que tu madre heredó de una quinta
que tenía tu agüela Teresa.»
¡Ya ves tú que se jaci en un verbo!
Sesenta la entera,
doci pa la quinta,
cuatru pa la tercia,
quita dos pa una media, y resultan
dos pa la otra media.
Pues el mozu empringó tres papelis
de rayas y letras,
y pa ensenrearsi
de aquella maeja,
ijo que el aceiti que a mí me tocaba
era «pi menus erre», ¿te enteras?
¡Pus pues dil jacindu
las sopas con ella!
¿Y esos son saberis?
¡Esas son fachendas!
No le quise mental del guarrapo
ni icile siquiera
que hogañazo vendimus el churru
pa comprar un cachuju de tierra.
¡Allí no se jabla
de esas cosas ni en ellas se piensa!
N'amás que se jaci comel confituras,
melcal vestimentas,
dirse a los cafesis,
dirse a las comedias
y palral de bobás que no valin
ni siquiá una perra
¡Jolgacián como el nuestro muchacho
no va a haberlo, si aquí no se enmienda!
Yo no lo distingo de otros señorinos
que con él se ajuntan y jolgacianean.
¡Son como maricas!
¡Juy, qué vestimentas!
Ves una persona
por detrás, en la calle, tan tiesa
y endi lejus no sabis de cierto
si es macho u es jembra.
Güelin a lo mesmu
como las ovejas,
y p'aquí no es asín, que ca cosa
güeli a su manera:
güeli a macho la carni de hombre,
y la carni de jembra da a jembra.
Hay que dil a buscar al muchacho
cuantis que se puea,
y le dicis a aquellos señoris
que esu no quita pa que se agraeza,
pero que a su padri le jaci ya falta;
y asín se la enreas.
No lo quió jolgacián, aunque muchos
saberis trujiera.
Y no es esu solu lo que a mí me enrita,
que otras cosas me jacin más mella...
Hay que dil a buscalo ca y cuando:
que venga, que venga;
porque, mira: ¡me jiedin los hombres
que son medio jembras!

GABRIEL Y GALÁN


EL CRISTU BENDITU
I
¿Ondi jueron los tiempos aquellos,
que pue que no güelvan,
cuando yo juí persona leía
que jizu comedias
y aleluyas tamién y cantaris
pa cantalos en una vigüela?
¿Ondi jueron aquellas cosinas
que llamaba ilusionis y eran
a'specie de airinos
que atontá me tenían la mollera?
¿Ondi jueron de aquellos sentires
las delicaezas
que me jizun llorar como un neni,
de gustu y de pena?
¿Ondi jueron aquellos pensaris
que jacían dolel la cabeza
de puro lo jondus
y enreäos que eran?
Ajuyó tuito aquello pa siempre,
y ya no me quea
más remedio que dilme jaciendo
a esta vía nueva.
¡Ya no güelvin los tiempos de altoncis,
ya no tengo ilusionis de aquellas,
ni jago aleluyas,
ni jago comedias,
ni jago cantaris
pa cantalos en una vigüela!...

II
Pensando estas cosas,
que me daban ajogos de pena,
una vez andaba por los olivaris
que la ermita del Cristu roëan.
Triste y aginao,
de la ermita me juí pa la vera;
solitaria y abierta la vide
y entrémi por ella.
Con el alma llenita de jielis,
con el pecho jechito una breva
y la cara jaciendo pucheros
lo mesmito que un niño de teta,
juíme ampié del Cristu,
me jinqué en la tierra.
y jaciendo la crus, recé un Creo
pa que Dios quisiera
jacelme la vía
una miaja tan solo más güena.
¡Qué güeno es el Cristu
de la ermita aquella!
Yo le ije, dispués de rezali:
-¡Santu Cristu, que yo tengo pena,
que yo vivo tristi
sin sabel de qué tengo tristeza
y me ajogo con estos ansionis
y este jormiguillo que me jormiguea!
¡Santu Cristu querío del alma!
Tú pasastis las jelis más negras
que ha podido pasal un nacío
pa que tos los malos güenos se golvieran;
pero yo sigo siendo maleto
y a Ti te lo digo lleno de velgüenza
pa que me perdonis
y me jagas entral en verea.
¡Tú, que estás en la Crus clavaíto
pol sel yo maleto, quítame esta pena
que aentru del pecho
me escarabajea!...
¡Jalo asina, que yo te prometo
jacelmi bien güeno pa que Tú me quieras!

III
¡Qué güeno es el Cristu
de la ermita aquella!
Pa jacel más alegri mi vía,
ni dineros me dio ni jacienda,
polque ice la genti que sabi
que la dicha no está en la riqueza.
Ni me jizu marqués, ni menistro,
ni alcaldi siquiera,
pa podel dil a misa el primero
con la ensinia los días de fiesta
y sentalmi a la vera del cura
jaciendu fachenda.
¡Pa esas cosas que son de fanfarria
no da nada el Cristu de la ermita aquella!
Pero aquel que jaciendo pucheros
se jinquí en la tierra,
y, dispués de rezali, le iga
las jielis que tenga,
que se vaiga tranquilo pa casa,
que ha de dali el Cristu lo que le convenga.
A mí me dio un hijo
que päeci de rosa y de cera,
como dos angelinos que adornan
el retablo mayol de la inglesia.
Un jabichuelino
con la cara como una azucena,
una miaja teñía de rosa
pa que entávia más guapo paeza.
A mí me entonteci
cuando alguna risina me jecha
con aquella boquina sin dientis,
rëondina y fresca,
que paeci el cuenquín de una rosa
que se jabri sola pa si se la besa.
¡Juy, qué boca tan guapa y tan rica!
¡Paeci de una tenca!
A vecis su madri
en cuerinos del to me lo quea,
se poni un pañali tendío en las sayas
y allí me lo jecha
¡Paecí un angelino
de los de la inglesia!
Yo quería que asín, en coretis,
siempre lo tuviera:
y cuando su madri vüelvi a jatealo,
le igo con pena:
-Éjalo que bregui,
éjalo que puéa
raneal con las piernas al airi
pa que críe juerza.
¡Éjalo que se esponji un ratino,
que tiempo le quea
pa enliarsi con esos pañalis
que me lo revientan!
¡Éjamelo un rato
pa que yo lo tenga
y le jaga cosinas bonitas
pa que se me ría mientris que pernea!
¡Que goci, que goci
to lo que asín quiera;
que pa jielis, ajogos y aginos
mucho tiempo quea!
¡Éjamelo pronto pa zarandealo!
Éjame el mi mozu pa que yo lo meza,
pa que yo le canti,
pa que yo lo duerma
al son de las guapas
tonás de mi tierra,
continas y dulcis
que päecin zumbíos de abeja,
ruíos de regato,
airi de alamea,
sonsoneti del trillo en las miesis,
rezumbal de mosconis que vuelan
u cantal dormilón de chicharra
que entonteci de gusto en la siesta...
¡Miale cómo bulli,
miale cómo brega,
miale cómo sabi
óndi está la teta!
Si conocis que tieni jambrina
dali una gotera
pa que prontu se jaga tallúo
y amarri los chotos a puro de juerza.
¡Miali qué prontino
jizu ya la presa!
Miali cómo traga; mia qué cachetinos
mientris mama en el pecho te pega!
¡Mia que arrempujonis da con la carina
pa que salga la lechi con priesa!
¡Asín jacin también los chotinos
pa que baji el galro seguío y con juerza!
Ya se va jartando ¡Mia cómo se ríe,
miale cómo enrea!
Jasta el guarguerino
la lechi le llega,
porque va poniendo cara de jartura
y el piquino del pecho ya eja.
Quitalo en seguía pa que no se empachi
y trai que lo tenga...
¡Clavelino querío del güerto!,
ven que yo te quiera,
ven que yo te canti,
ven que yo te duerma,
al son de las guapas
tonás de mi tierra,
pa que pueas cantalas de mozo
cuando sepas tocal la vigüela.
¡Venga el mi mocino,
venga la mi prenda!
Ven que yo te besi
con delicäeza,
ondi menos te piquin las barbas
pa que no te ajuyas cuando yo te quiera,
ni te llorin los ojos, ni arruguis
esa cara más fina que sea,
ni te trinquis p'atrás enojao
si tu padri en la boca te besa...

IV
Mujer, ¡mia qué lindu
cuando ya está dormío se quea!
¿Tú no sabis por qué se sonríe?
Es porque se sueña
que anda de retozus con los angelinos
en la gloria mesma...
V
¡Qué guapo es mi neni!
¡Ya no tengo pena!
¡Qué güeno es el Cristu
de la ermita aquella!

GABRIEL Y GALÁN

martes, 11 de marzo de 2014


TODO FLUYE, TODO CAMBIA, NADA PERMANECE.



Parece que no, pero todo en unos segundos cambia y la vida da un giro inesperado. Lo que antes veía negro ahora lo veo blanco; lo que era impensable ahora es meditable. Y sin más, zas,… y un nuevo cambio de rumbo.

Me gusta revisar cada cierto tiempo lo escrito y las fotografías que me llevan de nuevo a ese momento y es cuando me doy cuenta de mi evolución. Todos los momentos acontecidos, las personas que en ese momento estaban, cuales eran mis inspiraciones y deseos,… y me los llevo a la actualidad; y comparo los cambios, cuales he cumplido, cuales he olvidado, cuales no se han realizado, cuales he cambiado por otros sueños distintos,...

Me gusta pensar que todo tiene un sentido, que ante los obstáculos me voy superando, que todo fluye aunque parezca a veces que está estancado.

Y me encanta irme a la playa y pasear por la arena o sentarme en ella y dejar la mente en blanco y que fluyan las sensaciones y los recuerdos, porque me hace sentirme viva, conecto con mi "yo" interno, ese al que algunas veces he olvidado.

Cada vez siento más que la sencillez es parte de mi vida e intentando ser consciente y vivir plenamente cada segundo, dedicando todo mi pensamiento y tiempo a cada situación.

Al final la vida es eso un cúmulo de momentos y solamente el tiempo presente es el único momento existente, y cada vez soy más consciente de ello. Antes vivía para el futuro y pensaba demasiado en el pasado. ¡Ya no! Aprendida la lección.